martes, 1 de febrero de 2011

Destino en poco tiempo.

Hace 3 años atrás tenía muchas dudas. Hoy sigo con las mismas interrogantes de aquel día de diciembre. Ese día caluroso lleno de emociones por tv. Aquel día que emprendí el rumbo de las palabras escritas. Día de sabiduría y humildad ante mi teclado. 

Las miradas de unos pocos me dan la motivación para seguir adelante. Quizás nadie lee, pero más que una razón sin argumentos de falacias creo que es un diario. Uno de eso tipo Anna Fran, sin fechas pero con un enfoque metafórico lleno de rimas e ideas locas que ni siquiera su mismo autor podría definir alguna día. 

Pienso en el que quizás estas palabras se acaben en 2 días o en 2 años. Nunca se sabe. Aun así soy feliz y desearía serlo más, mucho más si es que me dieras la oportunidad de mostrarte quien soy.

Nunca resultan realmente los sabios consejos de quienes siempre pido. Pero quiero decir que si de algo me ha servido este blog es como de aquella especie de espejo frente de cada uno sin que nos demos cuenta. No veo lógica o razón alguna en las palabras que digo reiteradamente y los temas que escucho en estos momentos. Pero aun así existe una lógica y aun razón en todo. Dios como diría un amigo no existe. ¿Pero que fue aquello que le dio coherencia a todo?  Dios es solo el concepto a los miles de encuentros, lazos que se forman en esta vida. 

Mi amiga siempre dice destino. Aquella palabra me dará la ruta indicada a lo que deseo. A lo que quiero llegar a ser y lo feliz del encuentro de la persona genial.

El amor no es estar con alguien, es compartir algo con alguien. Es darle a la otra persona la capacidad de que juntos se conozcan, que disfruten y que se apasiones por la vida.

 

La felicidad es ambigua, es rara y es maldita muchas veces. Pero la vida sigue y si estas palabras están aquí no son nada más que la expresión de mi amada. Mi chica de al lado pese a los kilómetros. Ella es la verdadera razón de mi estar presente.

Efecto Domino

Una crisis, una en particular

Todos vuelan y opinan sin saber si es verdad,

Comienzan las sirenas y las notas golpe tras golpe se caerán.

Se derrumbo la muralla, no la de Berlín

Sino aquella la que está en el lugar sin fin.

 

No merecemos cosas grandes

Solo pequeñas proezas.

¿A quién desafiar?

¿A Dios? o a la eternidad.

 

Felicidad la palabra clave.

Que deambula en el mundo,

Quien sabe que es sino la posee.

Sin tocarla ni apreciarla.

Son palabras que deambulan a la orilla del mar,

Caen, gritan y nos asombrar de su propia maldad.

 

Queda poco tiempo y mucho que decir.

Aun una palabra queda por definir

 

Tiene fin, soledad y corazonadas por donde quien.

Cambia la postura, vive con un rumbo, lucha por ese rumbo

Adquiere principio y déjate llevar.

Porque el lugar donde ir no tiene infinidad ni soledad.