viernes, 15 de abril de 2011

La dispute.

Hay cosas que las pensamos mil veces, llegamos luego de un excelente día y decimos he allí la razón de las cosas. La magia, la ilusión y las cosas bellas siempre pueden resultar. Que Jean Tiersen puede un día estar en mi casa tocando piano o que mi tía se recupero del cáncer que la llevo a morir. Son cosas ilusión que creemos cada día, platón tenia razón en ese sentido todo lo tendemos a un mundo de las ideas, queremos alcanzar algo que al final que nunca podremos. Alcanzaremos, no llegaremos a ese mundo que vemos en el cine blanco y negro, en las películas cómicas de Chaplin, en los libros como Francisca y en los poemas de Neruda.
La ilusión nos mantiene con vida, con esperanza y además nos cambia el rostro tan drásticamente, que llega a impresionar el estado de un momento a otro por tan solo algo pequeño pero significativo.
Hay cosas que jugamos, la vida es una tabla de ajedrez, en la mayoría se pierde o quizás se gana, todo depende de la experiencia y el manejo que tengas del tablero. Siempre tratamos de hacer la mejor jugada pero la diferencia está en que la mejor jugada no solamente es tuya sino de ambos y pensando en ti como en el otro jugador.
Ambos tienen una idea en común, llegar al otro lado. Derrotar las cosas que vengan y olvidarse de todo lo externo. El entregar mucho por uno implica no necesariamente que el otro entregue lo mismo. Ambos son distintos, ambos desean cosas distintas pero en común reina la confianza para lograr las cosas y ¿cómo se gana la confianza para poder llegar al cuadro A6 o al A8?, no lo sé. Quizás el problema no es la confianza, es otro. Quizás la nota LA suena armónica con la del tema SOL o quizás el MI nunca debió haber estado en un SI que la acompañe. Se crean demasiadas ilusiones para alguno de los 2, se crean demasiados dilemas y se crea finalmente la decepción y el aburrimiento de uno de los 2.
Creo que lo mejor es probar, seguir y ver qué ocurre. Quizás algo que nunca pensamos puede aparecer, quizás los miedos que tanto tenemos logremos perdernos y quizás la invitación a comer algo rico puede hacerse cada día mejor. No se pierde nada, solo se termina aprendiendo y olvidando las cosas que quizás pude haber hecho, que hice y que jamás intente por miedo.



TEMA: LA Dispute - Jean Tiersen

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