domingo, 17 de abril de 2011

Te vi en la misma estación.

Nunca me aprendo tú nombre, pero se que solo tú hermosura me mata. Como en cada ocación se dio la casualidad de verte nuevamente en la estación del metro, pensé que decirte. Al final te salude como en esos tiempos del atrás y del viejo otoño melancolico. Me llamabas la atención, pero nunca me fije completamente que tan real era aquello. Ahora te veo y digo ¡wow! que haz cambiado.
Increible el momento y solo me queda decir; Espero verte pronto nuevamente en la misma estación a la misma hora y en las mismas circunstancias.

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