jueves, 29 de julio de 2010

La historia entre Tú y Yo.... ¿do you Remeber?

Estábamos a punto de celebrar año nuevo. Las personas se encontraban reunidas a la espera del conteo final. Las radios cantaban de alegría y la Torre Entel se encontraba a la orden de las autoridades para comenzar el show pirotécnico.
Quedamos de juntarnos en la vieja plaza, cercana a ambos. Ella me entregaría una de las viejas cartas y yo la recibiría y aprovecharía de decir hasta pronto, quizás nos veamos otra vez y así ocurrió. Nadie esperaría que luego del encuentro, ya entregados los saludos y el deseo del bueno año, el joven que marcharía rápidamente a casa para continuar con la noche, fuera atropellado en la esquina de la avenida principal. Un auto rojo que se aproximaba rápidamente contra el paradero del autobús, sin fijarse del joven que allí se disponía a cruzar. El conductor salió corriendo del lugar por entre unos pasajes bajo el estado de ebriedad y la mirada del joven estaba fija al cielo pensando en esa última carta y de no haberla leído.

Existe una vieja historia de 2 individuos con 2 años de diferencia. Ambos pertenecían al mismo grupo de la vieja escuela del Barrio. Ambos tenían profesores en común y salas cercanas.
Era un 20 de abril de 2003, me encontraba escribiendo la historia que me había inspirado una noche anterior. Estaba en la sala de clases a la espera de la entrega de unas pruebas. Pero me importaba terminar lo antes posible la idea que había tenido durante la noche anterior. Llegue a soñarla y vivirla como algo realmente posible. Y quizás luego de terminarla probar suerte en alguna editorial.

Aquel día Pablo Picas se encontraba a mi derecha jugando con su celular y a su alrededor un grupo de compañeros interesados en ver como se pasaba una etapa de aquel juego. En la esquina se encontraba el grupo de niñas conversando de los amores de su vida y del futuro. Mientras que Amelia le leí las cartas a Julia y su suerte en el amor con el joven que había conocido durante el fin de semana y del quien había quedado completamente flechada. Uno de mis mejores amigos estaba con su polola en el último puesto. Frente estaba Ignacio durmiendo desde hacía horas, a su lado estaba Manuel resolviendo sudoku y adelante de ellos 2 estaba Pedro leyendo las Crónicas de una muerte Anunciada.

El día no salía de lo común, estaba nublado, hacia frio y no esperábamos nada, era como estar sin clases. Cada uno en su puesto y hablando de la vida. La filosofía de vida de cada persona en esos momentos era nula. Podríamos definir en tan solo el tópico del Carpe Diem, que más podríamos hacer quedaba poco tiempo para quedar fuera de una etapa y comenzar otra.
Esa tarde recuerdo que iba saliendo de la escuela como cada día pero, algo me perturbo. Siempre tendía a ver detalladamente quizás algún alma perdida en las afueras del establecimiento, creía que me pudiera servir de inspiración para algún escrito. Dicho plan tuvo sus frutos aquel día. No sé quién era, pero ella estaba allí con su sonrisa hablando con otras personas. Siempre me pregunte quién diablos era. De donde venia. Y típicamente que uno comienza a acercarse para saber por lo menos el nombre de tal creación divina. Necesitar pensar que la conocía o que quizás pudiera tenerla cerca para saber quién era e imaginarme a mi próxima musa inspiradora. Ella me miro rápidamente cuando pasaba cerca y yo también pero solamente desvié mi vista. Finalmente se fue y yo agarre mi bicicleta y marche a casa. Puse el pie en el pedal y fue pensando durante todo el trayecto sobre aquella persona. Nunca la había visto o no la quise ver que se encontraba allí. Pase antes de llegar a casa a comprar un dulce de manjar que amaba. Me encantaba y me hacia recordar la niñez. En esos tiempos antes de entrar a clases mi madre me compraba un manjar para irme feliz. Eran tan ricos que ya era costumbre comprando siempre que podía uno diario.

Ese día en casa estuve todo el día pensando sobre aquella persona y luego cerca de las 12:30 me quede dormido con mi cuaderno y con la historia que seguía escribiendo. Un nuevo elemento debía agregar y era aquella joven niña que me cautivo durante ese día a la salida del colegio.

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