lunes, 8 de noviembre de 2010

Los 17 de cada mes

Sí hay un factor que causa los mejores recuerdos de un invierno, es sin duda alguna la lluvia.
Nunca olvidaré el día en que por primera vez fui a tu casa. Me diste la dirección para llegar ese día martes que estabas de cumpleaños. Me dibujaste un mapa completo del sector, que micro debía tomar y donde bajar.
Muchos me decían que era un trayecto largo. Pero realmente lo encontraba corto pero llenador por el final de dicho camino. Verte allí en ese campo verde ante las estrellas como testigos de nuestro amor incondicional y que recién comenzaba.

Algo muy típico en el pololeo y que siempre tiendo a hacer es cargar el celular con dinero, mandar mensajes de textos (muchos), pero justamente ese día me quedaban segundos para hacer una llamada y ¿quién iba a pensar que me diste erróneamente la dirección de tu casa?
Sin duda siempre me cuestiono la existencia de alguna forma de destino, o quizás "dios". Fue demasiada coincidencia el que justamente me haya encontrado con un ex compañero que vivía cerca de tu casa. Quien benditamente me indico donde quizás era tu lugar. Dios es muy sabio y sabía que era el primer día que iba a su casa, que además conocería a los padres (Aquellos que no sabían de nuestra relación) Pero de quienes sin duda me trataron siempre con mucho cariño y confianza. Nunca olvidare los almuerzos de tu madre y los juegos de play station de tu padre con tu hermano menor.
Recuerdo que el micro E10 iba llena en su principio pero finalmente quede solo. Tendí al acercamiento del chofer y preguntar por la calle que deseaba encontrar. No fue necesario porque justamente antes de que doblara y frenara te vi allí, mirándome. Esos ojos brillantes, tu rostro blanco y ojos verdes como esmeralda. Eras mi diosa inspiradora durante esos meses. Y ese día fue el primero de muchos que me hicieron amarte sin que me diera cuenta llegando a cometer errores en los detalles y en esas cosas que también me hubiera gustado que me hicieran.
Me enamore de vos quizás pero luego ambos nos desamoramos, quizás ese día, que sin duda fue uno de los más felices, aquel día en que dios me ayudo, aquel en que conocí a la chica con la que pase momentos fantásticos, chistosos, hermosos, creativos y finalmente felices. Jamás me arrepentiré de quererte tanto como lo fue ese entonces. Pero, las cosas siempre ocurren por algo y ese viaje tenía un inicio y un final.
Traigo los recuerdos, la lluvia me recela en aquello y me demanda a no perder las cosas que fueron del pasado, para así poder traerlas al futuro. Oh lluvia mía, eres rara...No tienes una función definida. Eres aquel dios oculto en la naturaleza que nos entrega esas pequeñas cosas que nos hacen reconocernos en como fuimos, somos y seremos cada día de nuestras vidas. Eres mi amiga que me apaña para abrazar a la chica que me gusta, eres el hermano del sol y de sus días secos, eres uno de los pilares de mi vida y por ti haría un poema o llegaría a la luna.
Eres el condicionamiento a recordar los mejores momentos de mi vida amorosa.

Ámsterdam - Coldplay

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